3 beneficios de ir a la peluquería
Sí, sí, sé que a veces puede parecer un gasto innecesario eso de ir a la peluquería cuando hay infinidad de productos, aparatos y tratamientos que puedes adquirir en cualquier supermercado o gran superficie y aplicarlo en casa, ahorrando así un dinero que puedes destinar a otros gastos. Y aparte de alguna celebración que requiera una atención más especial ¿cuáles son los beneficios de ir a la peluquería?
¿Por qué ir a la peluquería?
Tienes muchas maneras de justificar algo que muchas mujeres como tú practican con regularidad: la visita a la peluquería del barrio, del pueblo, la que ofrece el mejor servicio o la que tiene un ambiente más acorde con tu personalidad. Puedes recurrir a la falta de tiempo, el no encontrar ese hueco que te dejan los hijos, el trabajo o la casa. O, sencillamente, no te apetece o no te gusta.
Pero no te has parado a pensar que en la mayoría de las ocasiones, cuando te planteas el ir a una peluquería, no estás valorando otros ventajas que te puede aportar esa visita.
Te las voy explicar porque en la mayoría de las ocasiones no somos conscientes que nos aportan un «plus» que ni valoramos, ni tomamos en consideración.
A la pregunta ¿por qué ir a la peluquería? podemos darle tres posibles respuestas. Cada una por sí misma justifica sobradamente la visita a estos centros de belleza para la mujer.
- En primer lugar, el ingrediente relacionado con la salud. Tu pelo es parte de tu cuerpo y como todo él tiene que ser cuidado y tratado con las máximas garantías de seguridad e higiene. La peluquería vigila la salud del pelo y mira por su conservación y mantenimiento. Tomar conciencia de la importancia del cuidado capilar no es algo puntual, forma parte de un compromiso con nuestro cuerpo y con nuestra salud.
Y cuando hablamos de salud, me refiero también a la salud emocional.
Muchos problemas capilares están relacionados con problemas emocionales. La peluquería no es una consulta de psicología pero sí que es verdad que a veces juega un papel importante en la “descarga” emocional de algunas personas.
En ambos casos es incuestionable la labor de una buena profesional de la peluquería para tratar el cabello desde lo estrictamente físico, aportando su experiencia social para ejercer, en ocasiones, tareas relacionadas con la terapia emocional. Esos minutos que te regalas en una peluquería te aportan salud física y emocional.
- En segundo lugar, la parte puramente estética. El consejo, el asesoramiento y los conocimientos
de una profesional de la peluquería siempre podrán ayudarte a encontrar ese corte, ese peinado, ese estilo que mejor se adapta a tu personalidad, consiguiendo hacer realidad tus deseos.
- Y por último, la experiencia personal. Visitar una peluquería es algo más que “arreglarse el pelo”. Supone toda una experiencia estética y social gratificante en la que el resultado se mide por el grado de bienestar personal que experimentas, durante y después de tu visita. Si además de guapa, logramos que salgas revitalizada, optimista, con renovadas energías y con ganas de “comerte el mundo”, habremos alcanzado el objetivo.
Hacer algo nuevo… lo primero ir a la peluquería
Es conveniente que valoremos adecuadamente la importancia que tiene dedicarnos unos momentos a nuestros asuntos más íntimos y personales relacionados con la propia imagen y con la percepción que tenemos de nosotras mismas. Mejorar nuestra autoestima es sin duda un factor que influye en nuestra vida diaria, al igual que liberarse del estrés al que muchas de nosotras estamos sometidas en nuestro día a día.
Elevar el grado de autoestima contribuye a mejorar nuestro estilo de vida.
Y cuando quieres darle ese pequeño o gran giro a tu vida, ¿por dónde empiezas? Sin duda, por el pelo. Es la expresión más evidente del final o del comienzo de algo.
El tiempo que dedicamos a la “pelu” es un tiempo en el que dejamos de lado nuestras preocupaciones, nuestras incertidumbres. Es un tiempo para el ocio, para nosotras, es nuestro tiempo más personal invertido, única y exclusivamente en nosotras.
Sin duda, estas razones no tendrían validez si la peluquería a la que acudes no te ofrece las garantías o el grado de confianza y atención personal que se exigen y distinguen a las profesionales.
¿Necesitas más razones para comprender que la visita a la peluquería es algo más que “lavar y peinar”?